Por Marcelo Rouvier
Hace poco charlando de la pesca del permit una especie caribeña con una violenta corrida cuando toma una mosca, un amigo me decía… “Si..el permit es hermoso pero.. kilo por kilo , prefiero a nuestro pacú”.
En ese momento pensé que era esta una buena época para intentar realizar un relevamiento con moscas de pacú. Se me ocurrió entonces llamar a Marcelo Rouvier, esperanzado que por estas fechas en su zona de influencia se dieran las condiciones para hacer una nota exitosa. Marcelo se comprometió a hacer un relevamiento previo para testear algunas zonas antes de mi llegada.
Jamás me imaginé, ni en la mas optimista de las hipótesis, que ese relevamiento previo iba a tener los resultados obtenidos.
Cuando uno piensa en Pacúes con mosca considera en el mejor de los casos portes que alcancen los dos o tres kilos de peso, de ningún modo los increíbles ejemplares que fueron capturados por Marcelo.
De lo que comenzó en la conversación con un amigo, de una correa de arranque que se rompió en el lugar mas oportuno, de grandes pacúes detrás de “comparseros” streamers, de todo eso, habla esta increible crónica que no dudo, van a disfrutar.
Daniel Calabrese .
editor www.tigredelosrios.com.ar
Un percance oportuno
Por fin, luego de un par de meses de aguas turbias producto de la crecida del Bermejo, la masa acuática comenzó a aclararse.
Estábamos ansiosos esperando este momento para realizar intentos con señuelos y moscas especialmente con el dorado pero sin descartar la posibilidad de probar sobre el Pacú al que considero una especie que todos los mosqueros deberíamos tener en cuenta pues sin dudas puede llegar a regalarnos una de esas inolvidables experiencias que guardamos para siempre en nuestro recuerdo.
Arrancamos desde Puerto Piracuá a ver las condiciones del río aguas arriba, notando que a medida que navegábamos el agua mejoraba y se encontraba todavía mas clara.
Decidimos entrar a los riachos pensando en la captura de algún dorado al acecho de mojarras en las salidas de las lagunas. Pasamos un primer desagüe sin suerte, la segunda salida de la laguna y nada …. De pronto un regalo del cielo, se nos corta la soga del arranque del motor, y con todo derecho se preguntarán...: ¿ por qué regalo del cielo?. Resulta que nos pusimos a arreglar el desperfecto y en el medio del mas absoluto silencio comenzamos a sentir debajo de los ingás la inocultable actividad de los pacúes comiendo las chauchas maduras que caían al agua.
Uno, otro y otro por allá... los pacúes estaban por todos lados dándose un verdadero festín.
Automáticamente abandoné el arreglo del motor para tomar mi caña 8 con reel STH con shooting de hundimiento II y castear debajo de los ingás.
Por dios !, la moscas, unos enormes Streamers de mas de 12 cm tocaban el agua y salían tres o cuatro pacúes que las levantaban en el aire, y no los podía clavar ! Me desflecaban las moscas, evidentemente estaban esperando las chauchas del árbol, así que lo que caía, salían y lo tomaban, un espectáculo increíble.
Muchos, muchísimos de tamaño chico de kilo y medio a dos kilos y medio. Los veíamos salir a tomar las chauchas, mosca que caía, mosca que tomaban, pero no los podíamos clavar, ya me estaba desesperando, hasta que clavé el primero. Uauuuu ! Era chico, pero lo disfruté como si fuera el primer pacú que sacaba con mosca.
Ya a esa altura no había forma de parar la adrenalina, pelea, fotos y al agua, todo muy rápido. La mosca quedó intacta, así que ahí nomás al agua, cayó, borbollón , clavo y no lo podía creer otro pacú !!
Mi compañero lanza y la mosca es capturada en el aire por un pira pyta pequeño. La forma en que tomó la mosca con un increíble y acrobático salto jamás la olvidaré. Fue increíble.
Varios, tiros y nada, mientras podía verlos comer debajo de los ingás, así que puse una mosca que había atado justamente a la mañana pensando en que si el agua estaba sucia podría tener buen resultado. La llamé “la comparsera”: cuerpo negro, un poquito de panza roja y atada con brillos de todos los que tengo, parecía realmente una reina del carnaval.
Al agua mandé a la "reina". Primer lanzamiento nada, el segundo lo hago debajo de un enorme ingá, cuando la mosca se terminó de perder debajo del agua, ( no había que moverla porque las chauchas no se mueven, si movíamos la moscas los pacués no le prestaban atención) siento un furibundo pique, un seco terrible, no alcance a clavar que salió como una locomotora hacia el medio del río, no pude evitar gritar, la corrida que estaba sintiendo no tenia precio y era seguro de un muy buen ejemplar.
Luego de sacar decenas de metros de backing se plantó , pego un giro y vino hacia la lancha como si fuese a entregarse. Pensé por un momento , no es tan grande solamente tuvo una disparada excesiva, pero ...cuando vio la lancha nuevamente salió disparado esta vez aguas arriba, era fantástico, luego de idas y vueltas paso frente a mi y se dejo ver, no lo podía creer, lo peleaba y simultáneamente a los gritos pedía que no pararan de sacar fotos que testimoniaran el momento. Finalmente en el medio de una alegría increíble, lo levanté. No tenia balanza pero fácilmente tenia unos siete u ocho kg.. Fotos, muchas fotos y al agua.
Se retira la comparsera
Como debe hacerse en estos casos, Guardé la mosca, nunca mas al agua.
Cambié por otra negra igual a la que me habían dado resultados hacia un rato,
lanzo al primer ingá que tengo enfrente y la dejo bajar sin moverla, nuevamente un borbollón y el bicho que sale disparando cuando siente el pinchazo y me corta automáticamente. Busco otra mosca negra con muchos brillos y comienzo a lanzar debajo de los ingas, luego de perder un par de piques, otro seco y cuando lo clavo sale disparado hacia la lancha, pasa debajo y sigue su marcha, pelea hermosa y luego de un rato, arriba , otro hermoso pacú de unos cinco kilogramos. .
Me senté en la lancha exhausto pero con una felicidad intransferible. Desarmé con cuidado la tapa para hacer arrancar el motor, lo hice arrancar y tomamos regreso hacia las cabañas. Eran las 6,30 solamente 2 horas después de habernos parado por el incidente de la correa que nos permitió escuchar la actividad de los pacúes y vivir dos horas de pesca inolvidables.
Pensaba con alegría, lo bueno es que las chauchas recién comienzan a caer!
Habrá hermosas jornadas, de violentas corridas por delante.
Portes increibles para dos horas de pique extremo.
Marcelo Rouvier
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